jueves, 13 de agosto de 2009


EL ENTIERRO

Se marchó una noche
Una noche fría
Se marchó una noche
Nadie allí tenía

En escaparate
De mortuorio aquel día
Su cuerpo sin alma
Frío se exhibía

Rodeado de amigos y de familiares
Los hombres a hombros lo fueron pasando
Por entre los árboles y los panteones
En el cementerio, allí lo dejaron

No creía en los curas
Pero dos rezaron
Para que sus rezos
Fueran escuchados

Todos los amigos
Se fueron marchando
Solo los dos hijos
Con él se quedaron

Adiós para siempre
Adiós definitivo
No volveremos a verte
Fue el rezo sentido
Que dijeron los hijos
Al cerrarse el nicho

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