viernes, 21 de agosto de 2009


EUROPA NO TIENE SOLUCIÓN

Los gobiernos no han querido unificar en un solo estado europeo toda su potencialidad, tal vez por temor a perder su hegemonía y poder dentro de su propio estado, o por desconfianza en la historia. Europa no tiene otra solución para defender su potencialidad que unificarse, creando una sola forma de entenderse directamente en el Parlamento Europeo y cuanto antes se decida mejor. Debe crear a partir de ahí las estrategias necesarias para no depender tanto de los EE.UU. Europa teniendo más del doble de población que Estados Unidos, depende demasiado de la tecnología y materias primas del gigante americano. Deberíamos preguntarnos de donde provienen las materias primas para la elaboración de los productos terminados que consumen nuestras empresas, más que donde vendemos los productos acabados. Es a través de estas empresas multinacionales que EE.UU. tiene dominado el mundo.
Europa puede autoabastecerse de productos agrícolas, incluso se permite reducir cuotas de producción de ciertos productos, donde sin duda tienen excedentes que muy bien pudieran estos países europeos vender a países fuera de la comunidad europea. No debería haber penalización por la producción, aunque si cuotas determinadas para vender en el mercado europeo.
¿Por qué no se ponen también restricciones a la entrada de productos industriales procedentes de países cuya calidad no controlamos y cuyas sociedades son muy inferiores a la europea, trabajando y explotando a niños y mayores por salarios ridículos en comparación con lo que se paga en Europa?¿Por qué dejamos que el capital se traslade a esos refugios donde explotan a los pobres para vender después en mercados que ellos dominan a precios muy sustanciosos?. ¿Por qué lo que se produce en esos países no lo consumen ellos? Europa tiene 714 millones de habitantes, ¿Necesita Europa más mercado o es suficiente para atender la demanda de esa población las industrias y productos que pueda generar?¿Necesitamos de productos que vengan a bajo costo de otros países fuera de la Unión Europea, sin control de calidad homologada y provenientes de sociedades esclavizadas para el beneficio del capital, o deberíamos plantearnos un boicot a todo lo foráneo?.Cuando todo el tejido industrial desaparezca de Europa, porque los europeos nos hemos ganado a pulso el estado del bienestar que disfrutamos ¿De qué va a vivir esta sociedad y la clase media? Si en Alemania se paga un obrero 2ooo €/mes, en España 8oo, en Marruecos 90, en Checoslovaquia 100 y en China 50, por el mismo trabajo, donde están trabajando en régimen militar, sin horarios, sin protección sanitaria, sin cobertura social, sin vacaciones y sin descanso ni derechos. Europa ha adoptado 8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y 8 horas de formación y ocio.
¿Pero que pasa con las materias primas?¿Es Europa también autosuficiente en productos técnicos, resinas, colorantes, disolventes y otras especialidades químicas necesarias para el abastecimiento de sus industrias o dependemos del gigante americano y de sus multinacionales que dominan el mundo del petróleo y por consiguiente el mundo de los productos tecnológicos?¿Qué pueden hacer los estados europeos divididos y desconfiados unos de otros contra estos monstruos cuando deciden de la noche a la mañana boicotear a los países provocando escasez y miedo a los mercados para incrementar el precio de las materias primas necesarias para la fabricación de las industrias, provocándoles unos desajustes gravísimos en sus tesorerías. Aquí no hay mercados libres, hay mercados absolutamente controlados. Saben muy bien cuanto consume cada país y a que precio se lo quieren vender. Es a través de estas empresas que EE.UU. tiene controlado el mundo.
Nuestros gobernantes europeos tienen la responsabilidad de llegar a acuerdos globales para crear una estrategia que pueda garantizar el suministro de las necesarias materias primas para garantizar el suministro a nuestras empresas y no depender tanto del gigante americano que en cualquier momento puede provocar un desajuste en nuestras empresas. Estados Unidos no desarrolla los productos como benefactores del mundo, sino para venderlos a sociedades capaces de pagarlos, ejerciendo desde su superioridad técnica y de recursos una presión insoportable sobre los países a quienes quiere castigar. Europa tiene que invertir más en desarrollos industriales técnicos, utilizando para eso su experiencia y la madurez de su población, los cerebros de sus universidades para que pongan todo el conocimiento al servicio de los pueblos, premiando los esfuerzos de estos jóvenes en los cuales debemos poner el destino de Europa, ya que serán ellos los encargados de las generaciones futuras, rompiendo a través de los intercambios las barreras y desconfianza, creando los climas de cooperación y desarrollo necesarios, protegiendo si es preciso los mercados europeos y sus empresas con políticas para no verse invadidas con productos a bajo costo provenientes de países con mano de obra más barata y que está llevando a los países industrializados al desmantelamiento de sus empresas y al sostén de la clase media trabajadora. A estos problemas deben dar respuesta nuestros gobernantes europeos.

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