RAZONAMIENTO SOBRE, ¿DE DONDE VENIMOS, A DÓNDE VAMOS, QUIENES SOMOS?
Cuando no éramos, ¿Dónde estábamos?¿Sufríamos?¿Disfrutábamos? Si no vivíamos entonces estábamos muertos, por lo tanto la vida es un breve espacio de tiempo que le arrebatamos a la muerte. ¿Por qué tenemos que tener miedo a la muerte si ya hemos estado muertos, es decir ausentes de conciencia y de tiempo, y no hemos sufrido nada? Mientras estamos le arrebatamos un breve espacio de tiempo a la nada, por lo tanto la vida es una medida de tiempo. Hagamos lo que podamos con este tiempo, porque una vez agotado nos vamos para no volver más. Si el niño que va a nacer, no sabemos de donde viene, tampoco sabemos dónde estaba, tiene que ocurrir lo mismo con el que estaba aquí y en un momento dejó de estar. Ha vuelto al lugar donde estaba antes de venir. A la ausencia de sufrimiento, de conciencia y de tiempo, de cielos y de infiernos y de la presencia ante ningún Dios. ¿Por qué vivir entonces asustados y atemorizados si ya sabemos de donde venimos, a donde vamos y lo que somos? Si somos animales procedentes de la evolución de otros animales, debemos entender que ningún Dios nos ha creado, sino que somos un capricho de la evolución genética. Si somos valientes para aceptar esta realidad, no precisamos vivir aterrados por los cielos y los infiernos a los que quieren destinarnos los iluminados que nos conducen con sus creencias a que les entreguemos nuestra voluntad, que pueden de este modo manejar mejor para beneficio de sus intereses, sin darnos ni una sola evidencia de la realidad inexistente en la que quieren que creamos.
Ceneme.-30-04-07
Cuando no éramos, ¿Dónde estábamos?¿Sufríamos?¿Disfrutábamos? Si no vivíamos entonces estábamos muertos, por lo tanto la vida es un breve espacio de tiempo que le arrebatamos a la muerte. ¿Por qué tenemos que tener miedo a la muerte si ya hemos estado muertos, es decir ausentes de conciencia y de tiempo, y no hemos sufrido nada? Mientras estamos le arrebatamos un breve espacio de tiempo a la nada, por lo tanto la vida es una medida de tiempo. Hagamos lo que podamos con este tiempo, porque una vez agotado nos vamos para no volver más. Si el niño que va a nacer, no sabemos de donde viene, tampoco sabemos dónde estaba, tiene que ocurrir lo mismo con el que estaba aquí y en un momento dejó de estar. Ha vuelto al lugar donde estaba antes de venir. A la ausencia de sufrimiento, de conciencia y de tiempo, de cielos y de infiernos y de la presencia ante ningún Dios. ¿Por qué vivir entonces asustados y atemorizados si ya sabemos de donde venimos, a donde vamos y lo que somos? Si somos animales procedentes de la evolución de otros animales, debemos entender que ningún Dios nos ha creado, sino que somos un capricho de la evolución genética. Si somos valientes para aceptar esta realidad, no precisamos vivir aterrados por los cielos y los infiernos a los que quieren destinarnos los iluminados que nos conducen con sus creencias a que les entreguemos nuestra voluntad, que pueden de este modo manejar mejor para beneficio de sus intereses, sin darnos ni una sola evidencia de la realidad inexistente en la que quieren que creamos.
Ceneme.-30-04-07
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