lunes, 3 de agosto de 2009


SUCEDIÓ EN NAVIDAD

Tuve dos experiencias en estas fechas
Dos señoras ya mayores
Que se encontraban deshechas

A una, le había muerto el hijo
Que más la cuidaba
La otra, eran la hija y los nietos
Que no la felicitaban

La primera, pobre anciana
Los ojo enrojecidos
Pero agotadas las lágrimas

La segunda mayor, pero bien cuidada
El dolor de su corazón solo mostraba
De sus ojos como una fuente manaba el agua

Necesitaban ambas un ser humano
Que las comprendiera, que las consolara
Necesitaban el amor de los suyos
Que esos momentos faltaba
Sentían la soledad
Como una pesada carga

¿Cómo calmar su dolor?
¿Cómo poder ayudarlas?

No había nada que decir
Escuchar con atención
No decir una palabra

Los hijos son espinas
Que nos desgarran el alma

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