miércoles, 12 de agosto de 2009


A DON DOMINGO GARCÍA SABELL

MUERTE Y VIDA

Don Domingo, si la vida es una casualidad
La muerte no es casual
Con ella nacemos, escondida
En nuestro organismo vital

El aire que respiramos
Los huesos han de oxidar
Y las bacterias que hoy nos protegen
Algún día nos devorarán
Materia, solo materia
En materia a terminar

Pero, dígame Don Domingo
El invisible, ¿adonde va?
El que habita la materia
¿También se descompondrá?
Si nada se pierde en el Universo
La energía que nos anima, ¿se perderá?

Preguntas, siempre preguntas
Que ni Vd., ni yo
Ni ningún filósofo
Ha podido contestar

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