lunes, 14 de junio de 2010


DEL ALMA

Alma mía, he alejado de ti el polvo
La luz del sol se ha inclinado ante tus ojos
Soplé el mar de nubes de tu cielo hermoso
Te he enseñado a amar los desprecios enojosos

Como el sol persuades al mar a llegar a tu altura
He apartado de ti la obediencia y servilismo
Te he dado nombres nuevos como destino y ocultismo
Ahora estás henchida como una madre de leche saturada

Sol y sombras he derramado sobre ti
Tú eres un alma amante y comprensiva
En ti están el pasado y el porvenir
Mis manos vacías el alma toda te di

No sé a quien debo dar las gracias
Al parecer soy yo el ser agradecido
Tú buscas en los mares de miradas
El ángel ríe ante tu lágrima dolido

Tú llanto es una queja y la queja acusa
Es necesario que cantes como los mares
Que sea la barca de su dueño la musa
Que apaga su sed en pozos terrenales

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