La ciudad es de la
noche, pero no del sueño
Su dulce vigilia no es para la mente cansada
Las horas lastimosas de
una vida fatigada
La noche es un
infierno que no tiene dueño
El pensamiento y
conciencia que nunca cesa
En algunos momentos
el asombro se incrementa
Este terrible enemigo
que a la sombra se alimenta
Toda esperanza que
anida en el alma noble pesa
Hay una verdad que
los cuerdos no quieren aceptar
Una costumbre para la
tortura y la debilidad
Una certeza de muerte
que la salud va a quebrantar
Puede aplazar y no le
importa el tiempo que tiene que esperar
Porque sabe que tiene
la mano extendida para la pronta entrega
Esa ráfaga de aire de
cuyo sueño eterno nadie puede despertar
Miguel
Correa-26-10-2013
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