¡Ay, amor!, vamos a
decirnos la verdad,
El uno al otro, pues
el mundo parece,
Estar ante nosotros suspendido
en gravedad,
Tan variado, tan
hermoso y amanece
Sin alegría, sin
amor, sin luz y sin canción
Ni certeza, ni paz, y
sin ayuda al duro dolor
Y estamos aquí en
resplandeciente elevación
Esperando la llegada
de un nuevo Redentor
Miguel
Correa-28-10.2013
Este poema da fin a mi séptimo libro de 100 poemas
No hay comentarios:
Publicar un comentario