Siempre el destino
caprichoso
Me impedirá verla como la veo ahora
Oculta, en mi pecho
silencioso
Donde su figura
inolvidable mora
Un milagro eran todos
sus encantos
Cuya voz era dulce, sus
ojos brillantes
Verla y sentirla
alegraba mis llantos
Benditos días de
amores apasionantes
Y la esperanza falsa,
pero el amor constante
Miguel
Correa18-10-2013
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