martes, 1 de septiembre de 2009


POR QUÉ LA QUIERO

La quiero por lo que discutimos
La quiero porque defiende su verdad
La quiero porque aunque enfadados
Nunca nos podremos separar

La quiero porque sufre conmigo
La quiero aunque no apoye mi visión
La quiero aunque me critique siempre
Y me muestre poca compasión

La quiero por su fortaleza y su dulzura
La quiero por su amable comprensión
La quiero también por su ternura
Y cuando me agota su pasión

La quiero porque cuidó de los hijos
La quiero por el amor que les dió
La quiero porque yo también bendigo
Su bondad, su sacrificio y su dedicación

La quiero porque con el paso de los años
Se entregó en cuerpo y alma a su labor
No importando si su vida iba entregando
Sin recibir ninguna compensación

La quiero aunque a veces me maldiga
La quiero con toda su desesperación
La quiero aunque alguno me diga
No merece ella tanto amor

Soy un pobre ser acostumbrado
A la suavidad de su cuerpo perfumado
A la pasión que nunca se ha apagado
Y que conmigo a la tumba irá encerrado

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