REFLEXIÓN SOBRE LA EXISTENCIA
. Para
ir de entre los hombres, si hay dioses, no es algo que haya que temer, ya que
los dioses no te envolverán en maldad; pero si en realidad no existen, o no les
importan los asuntos de los humanos, ¿qué me importa vivir en un universo vacío
de dioses o de providencia? Pero en realidad existen y si, les importan las
cosas humanas, y han puesto todos los medios en poder del hombre para permitirle
no caer en la maldad. En cuanto a lo demás, si había algo de maldad, habrían
proporcionado para esto también, que debería estar en totalidad en poder del hombre, no caer en él. Pero eso,
no hace a un hombre peor, ¿cómo puede hacer la vida de un hombre peor? Pero ni
por ignorancia ni por tener el conocimiento, sino por el poder de guardar o por
corregir estas cosas, es posible que la
naturaleza del Universo no les ha dado importancia; ni es posible que haya
hecho semejante error, ya sea por falta de poder o por falta de habilidad, el
bien y el mal deberían suceder indiscriminadamente de lo bueno y lo malo. Pero
la muerte ciertamente y la vida, el honor o el deshonor, dolor o placer, todas
estas cosas pasan igualmente a hombres buenos y malos, siendo las cosas las que
nos hacen mejores o peores. Por lo tanto
no son ni el bien ni el mal. El hombre está hecho para actuar no para estar
holgazaneando o para el placer. Como las plantas y los animales hacen uso de
sus naturalezas, así debe hacer el hombre. Todas las cosas que no están en nuestro poder, son indiferentes: no son ni
buenas ni malas, moralmente. Tales como la vida, la salud, riqueza, poder,
enfermedad, pobreza y muerte. La vida y la muerte son todas partes del hombre.
Salud, riqueza, poder, enfermedad y pobreza le suceden a los hombres
indiferentemente del bien y del mal; para los que viven conforme a la
naturaleza y a los que no lo hacen. La vida es una guerra y la estancia de un
extraño, y después de la fama, está el olvido. Después de hablar de esos
hombres que han perturbado el mundo y después murieron y de la muerte de los
filósofos, tú has embarcado, tú has
hecho el viaje, tú has llegado al puerto; desembarca. Si en realidad en la
otra vida, no hay necesidad de dioses, ni aún allí. Pero si en un estado de no
sensación, tú cesas de soportar el dolor y el placer, y de ser un esclavo del
navío que es tan inferior como al que sirve que es superior; pues uno es
inteligencia y deidad; el otro es tierra y corrupción. No es la muerte lo que
el hombre debería temer, pero nunca debería temer vivir acorde con su
naturaleza. Todo hombre debería vivir de tal modo que descargara su obligación,
y no preocuparse de nada más. Él debería vivir una vida donde él siempre
estuviera preparado para morir y partirá contento cuando sea llamado. ¿Qué es
la muerte? Un cese de las impresiones a través de los sentidos, y el tirar de
los hilos que mueven el apetito, y los movimientos discursivos de los
pensamientos, y del servicio de la carne. La muerte es como es la generación,
un misterio de la Naturaleza .
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