lunes, 29 de septiembre de 2014




                                                                    ESTAR SOLO

Pero, tú dices, yo no puedo entender todo esto de repente. ¿Por qué?¿ Quién te dijo que tus poderes son iguales a los de Dios? Sin embargo Dios ha colocado al lado de cada hombre su  propio Ángel de la Guarda, que está encargado de vigilarlo, un Guardián que no duerme, ni es engañado. ¿Pues a qué mejor o más vigilante  Guardián  podía haber destinado a cada uno de nosotros? Así que cuando hayáis cerrado las puertas y esté oscuro dentro, recordad, no digáis nunca que estáis solos, pues no estáis solos, sino que Dios está dentro y vuestro Ángel de la Guarda, y ¿qué luz necesitan para contemplar lo que hacéis? A este Dios deberéis haber jurado obediencia, igual que los soldados hacen ante el Rey. Ellos, cuando sus servicios son contratados, juran mantener la vida del Rey por encima de todo lo demás y ¿no harías tú este juramento disfrutando de tantísimos dones? ¿Y no mantendrías tu compromiso después de haberlo jurado?¿Y qué compromiso jurarías? Nunca desobedecer, ni nunca acusar o murmurar algo que llegara a ti de su mano; nunca de mala gana hacer o padecer algo que la necesidad pone delante de ti. ¿Es este juramento como el suyo? Ellos juran guardar a ningún otro como al Rey; vosotros cuidad de vosotros mismos más que de ninguna otra cosa.


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