DEL AMOR
Déjame, ¡oh amor!,
que me conduces al polvo
Y tú, mi mente,
aspiras a cosas más elevadas
Se enriquece con
pequeñas historias no contadas
Aquello que se
marchita, es un doloroso estorbo
Introduce todos tus
rayos, todo tu humilde poder
A ese dulce corazón,
donde las libertades están
Las cuales rompen las
nubes y la luz prestan
Donde ambas brillan y
su luz nos permite ver
Agárrate fuerte, deja
que esa luz sea tu guía
En este pequeño
tránsito entre el nacer y el morir
Y piensa en lo
malvado que puede ser el arrojar
A quien buscó el
cielo, y vino del aliento del día
Así que adiós mundo,
todo lo más que puedo elegir
Es el amor eterno,
sin importar los problemas por zanjar
Miguel
Correa.-24-03-2013
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