Querida, como puedes
mandarme a descansar
Cuando la noche invita
a todos a dormir
Y para que enfermara
no cesó de rugir
Ni un minuto permitió
a mi cuerpo reposar
En mi hablas, aunque
esté dormido o despierto
Y trato de dejar mis
pensamientos fuera
Con gran sufrimiento mi
sueño altera
Y tengo mi mente de
fantasmas cubierto
Antes que mi cara
muestre mi desesperación
Y me conduzca a una
muerte repentina
Ahogándome en
lágrimas en cualquier esquina
Y al entregar el
último suspiro de mi respiración
De este modo dentro
de mí, la maldad camina
Con este malvado
espíritu, el diablo me fulmina
Miguel
Correa-7-03-2013
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