martes, 15 de diciembre de 2009


EL MARINO PRUDENTE

Para quien teme la fuerza del mar
Y las tempestades recela de aquella
La mejor decisión es no entrar en ella
Y perder la delicia del buen navegar

Más el que presume por el mar andar
Sin padecer desgracia ninguna
Al primer asomo de mala fortuna
Debe presuroso el puerto buscar

La mar es una sirena que encandila al hombre
Que por sus arrullos se deja mecer
Olvidando la hora en que ha de volver

Cuando perdido en la niebla se encuentre
El rumbo no vislumbre al anochecer
Poseidón furioso se lo va a comer

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