Ella me besó en la
barrera, y después pasó
Ella me dejó, y
momento a momento se alejó
Hasta que de mi
vista finalmente se borró
Ella era solo un
punto que se difuminó
Un punto blanco
diminuto de blando terciopelo
Que en la pequeña
plataforma caminaba segura
Entre presurosa
multitud de gente amable y dura
Hasta la puerta
del tren en negro duelo
Bajo los
resplandores inseguros de las luces
Detrás de oscuros
grupos, unos lejos otros cerca
Cuyos deseos no
siempre los produces
Cundo no la veía,
la estación parecía
desierta
Después se
mostraba de nuevo, hasta que cesaba de ver
Aquella forma
flexible, aquella nebulosa blancura
Y ella que era más
que mi vida para mí locura
Desapareció del todo, no la
volví a ver
Y como, de joven, debes eternamente volar
Una alegría que
repetirás, si la quisiste bien
¡Oh!, amigo, eso no ocurre dos veces, ¿por qué?
Ojalá lo pudiera
saber
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