Fue un Día de Reyes,
sus caras inocentes recién lavadas
Los niños caminando
en dos filas, de verde, azul, morado
Los monaguillos iban
delante, con cintos como la nieve
anudados
Hasta que la
Colegiata, fue por las aguas de su presencia inundada
¡Qué hermoso
espectáculo ofrecían, estos críos en la ciudad olívica!
En alegre compañía
sentados, irradiando felicidad propia
El murmullo de la
multitud estaba allí, una multitud respetuosa y cívica
Muchos niños y
niñas entonando oraciones con voces propias
En aquel momento como
un poderoso viento sus cantos se elevaron hacia el cielo
Entre ellos se sentaban
los ancianos, sabios guardianes de los pobres
Sus cantos igual que
harmoniosos truenos entre la bóveda del cielo
Compartiendo las
penas y alegrías, vigilando que a nadie falte o sobre
Miguel Correa
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