¡Oíd la voz del verdadero poeta!
Quien el presente,
pasado y futuro ve
Cuyos oídos lastiman
los ascetas
La Palabra Santa que a
los hombres conmueve
Y atraviesa de los
viejos troncos su corteza
Llamando al regazo
del alma
Y llorando al rocío
de la noche
Quién pudiera
controlar en calma
El polo estelar de
media noche
Y dejar caer sobre la tierra su luz renovadora
¡Oh!, tierra, ¡oh!,
tierra, regresa
Levántate sobre la
hierba humedecida
La noche está agotada,
está perdida
La mañana con fuerza
progresa
Y se levanta
de la cama adormecida
No te vayas de
nosotros nunca
¿Por qué tienes ganas
de marcharte?
El suelo estrellado
quiere agradarte
La tierra regada no
se seca nunca
Te es dada hasta la
salida del sol
Miguel Correa
No hay comentarios:
Publicar un comentario