miércoles, 10 de marzo de 2010


TERREMOTO EN HAITI Y EN CHILE

¿Qué hacer cuando la desgracia aprende el camino de tu casa? ¿Qué hacer cuando tu casa es destruida por la fuerza de la naturaleza?¿Qué hacer cuando miles de muertos y edificios destruidos te contempla?¿Qué hacer en un mar de dolor insoportable cuando desaparecen de repente todos tus seres queridos?¿Deberemos dar gracias a Dios porque nos hemos salvado?¿Pero que tiene que ver Dios con todo esto? Te has salvado por casualidad, porque no estabas allí, dónde los demás quedaron atrapados. A la naturaleza no le importamos para nada. Va a proceder de acuerdo a sus leyes y esas son las que tenemos que aprender y comprender para poder adaptarnos a ellas o desapareceremos. Darwin tenía razón y sigue teniéndola. Si vives en un territorio de seísmos, estudia la forma de hacer edificios que puedan resistir cierta intensidad de temblores o sino prepárate para una destrucción masiva. Pero si te salvas tú y los demás mueren, es por pura casualidad, sino habría que preguntarle a Dios porque no salvó a los demás. Hubo familias que por temor se marcharon a Chile porque era un país más seguro, preparado para los terremotos y se encontraron en poco más de un mes con otro terremoto de intensidad superior al de Haití. A veces la Naturaleza es demasiado cruel, sometiendo a la gente a vivir en un estado de miseria y pobreza que hace que nos desesperemos ante tanta desgracia que parece nos persigue. No basta con cambiar de casa, ni cambiar de país, ni cambiar de identidad, es como si la fatalidad te estuviera esperando en cualquier esquina del camino. ¿A quién echar la culpa de tanto infortunio? Cuando el ser humano no encuentra explicación para todo lo que le ocurre, lo más sencillo es echarle la culpa a Dios, pero somos nosotros con nuestra toma de decisiones los responsables de lo que nos ocurre y siempre antes de tomar una decisión debemos reflexionar y no apresurarnos. Un buen marino es aquel capaz de mantener la calma cuanto más peligroso está el mar. ¿Cuál es la decisión que debo tomar? ¿Es ésta la mejor decisión? ¿Como se toma una decisión? Una decisión se toma después de reunir la máxima información posible sobre lo que debemos y no debemos hacer y la mejor decisión será aquella que es buena para el padre y para la familia, para la empresa y los trabajadores, para el estado y para los ciudadanos. No vaya a ser que con nuestra precipitación en la toma de decisiones “saltemos de la sartén al fuego”, como les ha pasado a estas familias que escaparon de Haití a Chile.
Miguel Correa

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