sábado, 20 de marzo de 2010


REFLEXIÓN PARA LA CUARTA SEMANA.- Leer mañana, mediodía y noche
PRINCIPIO NÚMERO CUATRO
Hoy sé que soy el milagro más grande del mundo
Hoy me abstendré de alabarme a mi mismo
Hoy aprenderé algo más de la actividad que realizo
Hoy me preparé para presentar mi producto mejor que ayer
Hoy mejoraré mi aspecto, modales y aptitud ante mis clientes
Hoy dejaré en casa los pensamientos del hogar, solo pensaré en el mercado

Todos somos vendedores, de una manera u otra, en realidad vendemos el tiempo que tenemos que vivir y tenemos que venderlo a quién esté dispuesto a pagarnos más. El modo de adquirir un valor añadido exige humildad para reconocer que no sabes y aprender un poco más cada día de la disciplina en la que te encuentras, aportando al valor de tu trabajo algo más que pueda mejorar tu valor en venta.
Cuando estudiaba marketing con americanos en Londres, una de las primeras lecciones que nos enseñaba era esta: “Si quieres ser un hombre de negocios, disfrázate bien de hombre de negocios”. Es decir, repasaban si ibas, limpio, bien vestido, correcto y de corbata. Venían a decir aquel viejo proverbio, “buen porte y buenos modales, abren puertas principales”. Tenían razón el disfraz es muy importante, es el azúcar hacia el cual se acercan las moscas.

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