sábado, 14 de noviembre de 2009


AL HERMANO ANTONIO JÁCOME PUMAR
Fundador de los Hermanos misioneros
De los enfermos pobres
I
Bajó de los cielos
El hermano Antonio
De la “Ribeira Sacra”
De aquella garganta
Que ha formado el Sil
Bajó de la montaña
Quería ayudar
No sabía como
Lo podía lograr
Se ofreció a los Jesuitas
¡Pobre hermano Pumar!
No todos los religiosos
Practican tu caridad
II
Marchó a Barcelona
Para allí encontrar
A los Camilos
Que quiso ayudar
En el treinta y seis
La guerra estalló
En los Pirineos
La pobreza vió
Fueron duros tiempos
Mejor olvidar
El hambre tan negra
Que hubo que pasar
Conoció la miseria
El hambre sin paz
Las tristezas humanas
Hombres sin piedad
Por un pedazo de pan
Tenían que matar
III
Bajó del exilio
El hermano Antonio
Para su Galicia
Venir ayudar
Porque en todas partes
Se precisa pan
IV
Con una peseta
Que traía nada más
Quiso comprar peces,
Peces y más pan
Y con mucho esfuerzo
Traer el maná
Para que los pobres
Tuvieran un lugar
Un cielo en la tierra
Ya que otro no hay
Un lugar dónde dormir
Dónde poder descansar
De tanta fatiga
Tan duro peregrinar
Dónde se ha olvidado
El amor, la bondad
Para los desdichados
Que no encuentran la paz
V
Aquí fundó el hermano Antonio
Antonio Jácome Pumar
Albergue para los pobres
Ya que los ricos no van
Recogiendo plástico
Botellas de cristal
Decía el hermano
¡Dios proveerá!
VI
Con la ayuda divina
El esfuerzo y trabajo acá
Su fe y confianza
En poder lograr
Su ansiado albergue
Para los demás
Él seguía diciendo
¡Dios proveerá!
Si las aves del cielo
Él deja volar
Y las alimenta
Todos los días igual
¿Cómo a sus iguales
Va abandonar?
VII
Se marchó el hermano
El hermano Pumar
Para Cataluña
Donde continuar
Y aquí en Galicia
Aquí nos dejó
Al hermano Donaire
Su gran eslabón
Que con fe y esperanza
Mucha imaginación
Pidiendo a todos
A los humildes dió
Albergue, alimento
También comprensión
A los desdichados
Que el mundo mandó
Siempre a cualquier hora
Él los recibió
VIII
Gracias, hermano Donaire
Por tu gran labor
Gracias, al hermano Antonio
Porque te escogió
Entre todos los hombres
Para continuar su misión
IX
Quizás desde el cielo
El hermano Antonio
Te esté bendiciendo
Y con gran bondad
Te esté repitiendo
¿Recuerdas Donaire?
¡Dios proveerá!

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