EL SUFRIMIENTO
HUMANO
Nada peor, no lo
hay, enterrado y pasado el hoyo terrenal
Más pinchazos
vendrán, acompañados de más tortura,
¿Dónde, donde está
tu recompensa, Madre y tu dulzura?
María, madre nuestra.
¿Dónde está tu ayuda contra el mal?
Mis lamentos se
elevan, con la muleta en una mano
Un enemigo terrible
en la vejez, arrastrando lo bailado
Después arrulla y se
desvanece. La furia habría chillado
No hagas tiempo,
no me dejes caer, mantenme sano
¡Oh, la mente!, la
mente tiene montañas, acantilados profundos
Temerosa, de luto,
con fantasmas y pensamientos moribundos
Mayo nunca se
quedó allí, ni dura nuestra pequeña primavera
Ofreciéndonos un
momento su favor, viviendo aquí arrastrados
Naufragando en
ruidosa ciudad, dónde triunfan los afortunados
Y la muerte en
vida termina cada día y cada día muere con el sueño
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