Hay silencio donde
no puede haber ruido
En la fría tumba,
en la profundidad del mar
O en el vasto
desierto que no se puede cruzar
Ni en la espesa niebla encuentras sonido
Ninguna voz se
agita, ninguna vida camina silenciosa
Pero las nubes y
las sombras de las nubes vagan libres
Nunca hablaron de
su forma deslizante, caprichosa
Sino en las verdes
ruinas de murallas apacibles,
De tierras
agotadas, donde el hambre ha habitado
Aunque el hábil
zorro o la salvaje hiena llame
Y los murciélagos permanezcan colgados del tejado
Chillan a eco y
murmullan con la muerte al lado
Allí el verdadero
silencio, consciente me reclama
Quedando sin ruido
para siempre allí atrapado
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