lunes, 12 de septiembre de 2016




MUERTE ANUNCIADA

Era un buen hombre, ganaba buen dinero
Vendiendo pescado, siempre al por mayor
Fuerte, moreno, su aspecto no podía ser mejor
Pero eso no bastaba, eso no era lo primero

Tenía el motor por la vida muy gastado
Los excesos no eran buenos para su corazón
Los médicos le decían que anduviera con cuidado
Pero él vivía despreocupado, los médicos no tenían razón

Fue un día de semana, en el mortuorio lo encontré
Parecía estar dormido, parecía que iba a ponerse en pie
Pero era una ilusión mía y nunca supe porqué

Todos sus dineros alegremente se malgastaron
Por quienes nunca supieron de administración
Es muy fácil gastar lo que otros consiguieron

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