LA NATURALEZA
Las monjas y las
madres adoran las imágenes
Pero las que
encienden las velas no son esas
Que animan los
sueños de las almas maternales
Para mantener la envidia
y el odio dentro presas
Y sin embargo
ambas también rompen corazones
Que la pasión, la piedad
o el afecto reconocen
Y que en toda
gloria celestial también florecen
Burladores eternos
de las empresas de los hombres
El trabajo está
floreciendo o bailando sin palabras
El cuerpo no es lastimado
por el placer del alma
Ni la belleza
nacida de su majestuosa calma
Ni aunque los
torpes ojos de la sabiduría abras
Amigo roble, de fuertes
raíces que florece seguro
Sois vosotras las
hojas, la floración y el duro tronco
O el cuerpo movido
por la música, o el sueño erótico
¿Cómo podemos distinguir
de la danza, al que baila?
CENEME-21-06-2014
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