miércoles, 12 de septiembre de 2012

ENVEJECIMIENTO ACTIVO




PRINCIPIOS PARA UN ENVEJECIMIENTO ACTIVO E INTERGENERACIONAL

1.- Es conocido que uno empieza a envejecer desde el momento que nace, por lo tanto cuanto antes se dé cuenta de que la vida debe planificarse a larga distancia, controlando los excesos y los abusos del organismo, para llegar al disfrute del ciclo vital en total posesión de sus facultades y manteniendo un interés constante en el aprendizaje, participando de este modo en la mejora contínua de si mismo que, hace que todo en el entorno mejore.
Dicen que “loro viejo no aprende a hablar”, es falso. De joven se aprende a hablar como los loros, porque se desconoce el significado de muchas palabras, de sénior se aprende aquello que se quiere, porque hay una voluntad y un deseo que no se tiene en la tierna infancia.
Debemos, tal vez planificar desde jóvenes como queremos vivir y adoptar principios como Deporte, Estudio, Trabajo, Respeto, Tolerancia, dentro de un ambiente de relajación y falto de competencia. Saber más para satisfacción propia, no para estar entre los elegidos o pavonearse como un idiota.
A estas edades nuestras, la cooperación, ayudar al compañero a mejorar desinteresadamente, proporcionar gratuitamente toda la experiencia que hemos tenido a lo largo de nuestra dilatada vida laboral y de conocimientos prácticos, para enriquecer a los más jóvenes y proporcionarles un paso más de ascenso en la escalera de la vida, que son los conocimientos, tal vez éste debería ser nuestro objetivo. Es posible que digamos muchas cosas que los jóvenes ya conocen, pero si les mostramos algo que les puede ayudar, con eso ya estaría conforme y nuestra actuación justificada.-
Es cierto que nuestra generación ha cambiado y que nuestros padres murieron en sus casas, atendidos por los hijos y que las generaciones actuales debido a que tienen que trabajar los dos para mantener el tren de vida que se han marcado, no puedan cuidar de los mayores y terminen por recluirlos en alguna residencia.
He visitado alguna residencia de mayores y puedo afirmar que no es muy edificante, ya que tengo la impresión que éste es el último lugar al que querría ir. El paisaje de las ruinas humanas es desolador. Los quejidos son constantes y el ambiente es un valle de lágrimas, debido a que la mayoría de las personas que están en estos sitios, son personas en fase terminal que los hijos ni familiares quieren tener cerca, por lo tanto, no es un lugar recomendable para tener un final feliz.
Dependiendo de los medios económicos que se dispongan, prefiero quedarme en mi casa, atendido por alguna persona a la que tenga que pagar, pero haciendo lo que quiera, hasta el final en mi vida, en un entorno que, por conocido me sea familiar.
Tener un interés por la vida, seguir pensando, escribiendo, leer a los grandes hombres y seguir aprendiendo, en una relación intergeneracional de niños, jóvenes, adultos y mayores, rodeado de Afecto, Tolerancia y Respeto. Miguel Correa.- 13-09-2012

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