martes, 13 de septiembre de 2011


LA CIUDAD Y LA ALDEA

Nunca más en el espejo del arroyo se mirará el cielo
Ahogado está por setos, se desliza entre maleza
Pasando por tus campos, por fértil suelo
Antaño trabajados con singular destreza

El cuervo con su canto vigila su nido
Entre senderos desiertos, la alondra vuela
Molestando su eco con monótono chillido

Frondosas enramadas, descuidadas en ruina
La maleza sobrepasa la protectora tapia
Caos y desorden dibujado por mano divina

Tus hijos se han ido lejos, abandonaron la tierra
La fiebre del oro daña el campo, se quiere la recompensa
Los hombres acumulan riquezas robando en la guerra

Ricos o pobres, unos pueden florecer y otros fenecer
Un soplo divino los ha hecho y duran hasta que lo pierden
Mejor ser un aldeano atrevido, en su aldea renacer
Que por la ciudad ser destruido, perdiendo credo y fe

Ceneme-10-09-11

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