UN DÍA EN LIMÉNS
¡Oh, Dios! Qué maravillosas sensaciones
He podido disfrutar
En este fin de primavera
En un día sin igual
La brisa me traía aromas
De los perfumes del mar
Y el sol me deslumbraba
En ese espejo de cristal
Y las ondas arrullaban
A esta playa singular
No la querían despertar
Si, dejarla descansar
De todo el trajín diario
Que tiene que soportar
Allá, a lo lejos Las Cies
Parecen, con su presencia avisar
¡Que no entren en la Ría
Malvados a perturbar
La paz de sus moradores
Ni su espíritu de libertad!.
Ceneme-19-06-2016
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