lunes, 28 de marzo de 2016





CONFESIÓN DE UN AMOR

Ella no era culpable, la culpa ha sido mía
Ella no fue culpable, porque me quería
Después de haber probado sus pétalos de rosa
Después de haber besado su boca deliciosa

Fue un pecado amarme, ella no lo sabía
Yo no podía quererla, algo me lo impedía
Ella era esa luz reluciente y hermosa
Era agua del  monte, limpia y silenciosa

¿Cómo no amarla, Dios mío, dímelo?
Su frescura era lluvia que caía del cielo
¿Cómo no iba amarla cuando mi sangre era fuego?
Cuando nos enredamos en peligroso juego

Ella era mía, era un ave sin dueño
Mi primera experiencia, me parecía un sueño
¿Qué tenía yo para que ella me amara?
Éramos agua de río que la mar los separa

Esa ha sido mi gloria y también mi  castigo
Ella fue un oasis en mi desolador destino
Su amor seguirá vivo, irá por otro camino
Pero al morir yo, su amor se irá conmigo


Céneme-28-03-2016

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