NO TE ESCONDAS
No escondas tus ojos
radiantes
Las estrellas más
luminosas en el cielo
Por temor a que fulgores deslumbrantes
Nos lleve al caos de
una noche sin consuelo
No escondas tu rubia
cabellera
Las sedosas mechas de
tu pelo rizo
Por temor a no encontrar
oro, ni tono cobrizo
Para adornar tu
figura hecha en madera
No escondas esos senos
tuyos
Más hermosos que la
tierna primavera
Por temor a que el
frío o el hielo
La flor en su tallo
pronto muera
No escondas la
fragancia de tu aroma
El aliento que a
todas flores has prestado
Por temor a que todo
lo que has regalado
La diosa en el Olimpo envidiosa te traiciona
No escondas la hermosura de tu voz celestial
Que llena de júbilo
el corazón de los dioses
Por temor a que la
música no suene en el cristal
Y el ruiseñor olvide
sus tonos melodiosos
No escondas todavía
el eclipse de tu risa
Las perlas de tus
dientes en labios de coral
Por temor a que los
mares dejen en la brisa
Gemas, que viniendo
de ti son mineral
No escondas la
belleza, la gracia, lo conciso
Que se muestran en tu
mente y en tu cara
Por temor a que la
virtud que siempre es rara
Haga creer al hombre
que no hay Paraíso
Miguel Correa.-
28-05-2013
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